por Erica Toriz
Directora de Desarrollo Institucional
“Educar es, precisamente, promover lo humano y construir humanidad”,
Philippe Meirieu (2001). La opción de educar.
A lo largo de la historia, los profesores han sido actores personajes fundamentales en la construcción de las sociedades, figuras altamente respetadas por sus conocimientos, por su rol formativo y por su aportación en la construcción de un mundo más justo.
Desde hace más de un siglo, tras un decreto del presidente Venustiano Carranza, homenajeamos al magisterio mexicano cada 15 de mayo. Hoy queremos reconocer a cada uno de los docentes de la Maguen por su entrega y capacidad de transformarse cada día para hacer que el ejercicio de su profesión no sea “un trabajo” sino una experiencia de vida apasionante.
“Para mí ser maestra de la Maguen significa un orgullo, es pasión, entrega y compromiso con los niños y con este gran Colegio que ha sido parte de mi vida por 25 años. Un Colegio donde he cumplido sueños, enfrentado retos y con mucha satisfacción he visto crecer y triunfar a los alumnos, quienes hoy en día son seres comprometidos con sus familias y su comunidad”. Esther Atach Saad, morá de Kínder.
Los docentes son aprendices permanentes que propician ambientes de aprendizaje armónicos y desafiantes. En el Colegio, los maestros tienen el reto constante de utilizar su práctica para favorecer comunidades de aprendizaje a partir de la observación y la autorreflexión.
“Ser maestro de la Maguen es un reto pero también es una historia de vida y es tener siempre presente a la juventud y las cosas que cambian; creo que eso es lo emocionante de ser maestro de la Maguen”. Oscar Hernández, maestro de bachillerato.
En la Maguen, los maestros son modelo de actuación y agentes de cambio. Su pensamiento divergente favorece el desarrollo de la madurez que nuestros alumnos requieren para enfrentar contextos de incertidumbre con responsabilidad y compromiso.
“Trabajar en la Maguen ha sido una experiencia de aprendizaje y crecimiento personal. Ser maestra en la Maguen, me ha permitido ver la grandeza de otras personas con una mirada que acompaña”. Lina López, Directora de Bachillerato.
La promoción de los valores y la identidad judía permean el actuar diario de las morot, maestros, educadores, mentores, tutores… Todos estos actores facilitan la transmisión y producción de aprendizajes, para dar continuidad a las tradiciones y la cultura judía.
“Llevo 30 años trabajando en la Maguen. Para mí ser maestra ha sido muy lindo porque el poder compartir lo que sé y ver que todos mis alumnos aprendían con mi ayuda, me dejaba una gran satisfacción. Ser maestra es como formar parte de un rompecabezas, que cuando lo vas uniendo te sientes parte de él”. Fortuna Cherem, Coordinadora Administrativa de Primaria.
El alumno está al centro de todo nuestro actuar. Esto quiere decir que, las decisiones con respecto a qué se enseña, cómo se enseña y a quién se enseña, tienen como objetivo fundamental el bienestar de cada uno de los alumnos, quienes son la razón de ser de esta institución.
“Haber sido maestra de la Maguen fue muy significativo en mi vida. La cercanía con los alumnos me permitió crecer, conocer su manera de mirar el mundo y enriquecerme como persona”. Adela Charabati, 29 años colaborando en el Colegio.
Ser docente de la Maguen es una labor apasionante ya que no se limita su labor a la enseñanza de contenidos, pues estos pueden ser encontrados en diversas fuentes; su grandeza radica en su sentir humano, en su tacto pedagógico, en su escucha y acompañamiento dentro y fuera del aula. Esto los hace unas figuras irremplazables. Es por ello que la docencia es la única profesión que crea todas las demás profesiones. ¡Felicidades en su día, queridos maestros!
“Para transformar la experiencia escolar y hacerla emocionalmente convocante e intelectualmente desafiante, es fundamental que los docentes seamos capaces de actualizarnos y reinventarnos de manera contínua y que mostremos una vocación y un compromiso afectivo en nuestra tarea”.
Modelo Educativo CHMD, p. 92
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